La isla de La Palma
San Juan (1949):
La noche del 24 de junio apareció el primer cráter sobre la dorsal de Cumbre Vieja, que fue bautizado como el del Duraznero. Unas dos semanas después, en el lugar conocido como Llano del Banco, se abrió una grieta a ras de superficie, de la que salieron dos ríos de lava que alcanzaron la costa occidental. Muchos atribuyeron a un milagro el hecho que las lenguas de fuego evitaran la vecina ermita de San Nicolás, ante la que se bifurcaron como por intervención divina. El 13 de julio, surge la boca de Hoyo Negro, que provocó una lluvia de azufre y cenizas sobre Los Llanos de Aridane.
Teneguía (1971):
El último volcán en surgir sobre suelo español despertó el 26 de octubre. Parte de los materiales expulsados fueron ganados al mar, en un grandioso espectáculo pirotécnico que no tardó en atraer a la isla a miles de visitantes. Se da la circunstancia de que es el único volcán canario con víctimas, ya que una persona falleció por la inhalación de gases tóxicos al acercarse demasiado con la intención de tomar imágenes de la erupción. En general fue sin embargo un fenómeno positivo, ya que las tierras ganadas al mar se convirtieron en una oportuna plataforma sobre la que extender los cultivos de plataneras. Sobre sus lavas se declaró en 1897 un espacio natural protegido, con categoría de Monumento Natural.
Volcán Santa Helena:
La erupción del Monte Saint Helens en 1980 fue una de las erupciones volcánicas más catastróficas del siglo XX. La explosión ha sido la mayor de todas las ocurridas en Estados Unidos, superando en volumen de material expulsado y en poder destructivo a la explosión de Lassen Peak en California, en el año 1915. La explosión fue precedida por dos largos meses de terremotos y expulsiones de vapor, causados por una inyección de magma en una zona de escasa profundidad bajo la montaña, que dio lugar a la fractura de la cara norte del Monte Saint Helens. El 18 de mayo de 1980 a las 8:32 a.m., un terremoto sacudió la tierra y la debilitada cara norte se desplomó repentinamente, liberando gran cantidad de gases, lava y rocas calientes que volaron hacia el Lago Spirit tan rápido como tardó la cara norte en desplomarse.
Una gran columna de cenizas volcánicas comenzó a elevarse hacia la atmósfera. Dicha ceniza llegó a depositarse en 11 diferentes estados de EEUU. Al mismo tiempo, la nieve, el hielo y varios glaciares enteros del Monte St. Helens comenzaron a fundirse, formando una serie de largos lahares que alcanzaron el río Columbia. Durante los siguientes días se produjeron pequeñas erupciones y solo una de gran magnitud, aunque no tan destructiva como la primera. Cuando la ceniza por fin se asentó, se pudieron contabilizar los daños sufridos: 57 personas (entre ellas el posadero Harry Truman y el geólogo David A. Johnston) y miles de animales murieron, cientos de kilómetros cuadrados de terreno fueron totalmente arrasados, más de mil millones de dólares en daños materiales y el Monte St. Helens con un inmenso cráter en su cara norte (antes la "cara graciosa"). Toda el área fue más tarde protegida y convertida en el Mount St. Helens National Volcanic Monument.
Verónica.
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